El bar Tomás es un clásico de Barcelona, donde abrió sus puertas hace más de 40 años. Es un bar del barrio de Sarrià que siempre está a tope. Para muchos, aquí se comen una de las mejores patatas bravas de Barcelona.
Las preparan con patatas cortadas a lo largo, gruesas e irregulares, doradas y crujientes por fuera, tiernas por dentro, hechas al momento. Y se sirven con dos salsas, un allioli con el ajo y la cremosidad justa, y una salsa picante aceitosa con un ligero aroma especiado.
El Bar Tomás siempre está lleno. Podrían mejorar el servicio, las aglomeraciones y el resto de tapas, pero difícilmente pueden mejorar las bravas. A fin de cuentas, al bar Tomás se va exclusivamente a tomar unas patatas bravas acompañadas de una cerveza.
Por esta razón no se han esforzado en mejorar o ampliar el resto de oferta gastronómica, ni poner al día las instalaciones. El local no se ha remodelado desde hace 40 años, siguen con ventiladores y sin aire acondicionado, aunque disponen de una pequeña terraza con tres mesas.