El patio de la Casa de l'Ardiaca, se encuentra en medio del Barrio Gótico de Barcelona junto a la catedral de Santa Eulàlia. Es un lugar apacible y silencioso donde solo se escucha el sonido del agua, cayendo del surtidor de la fuente gótica. Tiene forma de claustro, con una escalera que nos conduce a la romántica terraza superior. El ceramista Josep Roig creo los azulejos novecentistas que decoran la parte baja del patio y el pasamanos de la escalera desde el año 1921.
En el centro del patio hay una gran palmera que está en este lugar desde 1871. Dice la leyenda que ha crecido por encima de los edificios para ver a su amor, otra palmera del claustro de la catedral, que se encuentra al otro lado de la calle. El día del Corpus Christi, la fuente se llena de flores y se celebra el tradicional "l'Ou com Balla".
La Casa de l'Ardiaca es un palacio gótico, construido en el siglo XV a partir de un edificio del siglo XII que era la residencia de la jerarquía eclesiástica de los arcedianos. Ha sufrido varias modificaciones desde entonces. En 1902, cuando era sede del Colegio de Abogados, se encargó una reforma al arquitecto modernista Lluís Domenech i Montaner. Añadió curioso buzón en la fachada renacentista, con una tortuga acompañada y varias golondrinas. Es obra del escultor Alfons Jujol y representa a la justicia que vuela muy alto, pero que los procedimientos burocráticos la hacen lenta como una tortuga.
Desde el año 1921 es la sede del Arxiu Històric de Barcelona.