Gràcia es un barrio encantador de Barcelona que comparte tradición y modernidad. La antigua Vila de Gràcia es uno de los barrios más populares y activos de la ciudad. Ha sido tradicionalmente el hogar de artistas, estudiantes e intelectuales y gente de toda la vida que mantienen el ambiente de pequeño pueblo. El Parc Güell de Antoni Gaudí, en la parte noreste del barrio, es uno de sus principales atractivos.
La Villa de Gràcia nació en el siglo XVII, alrededor del convento de los Josepets, y fue villa independiente de Barcelona hasta el año 1897. Sigue manteniendo su identidad y hoy en día, pasear por las calles y plazas de Gracia es uno de los placeres que puede encontrar el visitante de Barcelona. Los mercados, como el de la Abaceria o el de la Llibertat, los bares y restaurantes más originales, las plazas, las muestras del estilo modernista como la Casa Vicens y la Casa Fuster, las tiendas de toda la vida, forman un mosaico atractivo y lleno de vida. Cada mes de agosto se celebra la Fiesta Mayor de Gràcia, una semana llena de conciertos, fuegos artificiales y calles adornadas.
Paseo por Gracia
Empieza la visita en la periferia de Gracia, en una de las obras maestras de Antoni Gaudí, el Park Güell. Un proyecto de ciudad jardín promovido por Eusebi Güell que no tuvo éxito, pero donde Gaudí dejó su huella. El resultado es un parque público lleno de fantasía y color. Cada detalle del Parque Güell expresa la voluntad de Gaudí de integrar la arquitectura en la naturaleza.
Después acércate al centro de Gràcia. Podemos empezar la visita por el Mercat de la Llibertat. Un edificio modernista de 1893, construido por un alumno de Gaudí, Francesc Berenguer i Mestres.
A pocos minutos del mercado, la Rambla del Prat es la avenida modernista por excelencia de Gràcia, repleta de edificios de este estilo. Muy cerca se levanta uno de los primeros edificios de Antoni Gaudí, la Casa Vicens en la calle Carolines 24. Inspirada en el estilo morisco, con fachada de azulejos verdes y blancos lineales y una flor como motivo. Las barandillas de hierro decorativos son un recordatorio de la formación temprana de Gaudí como orfebre.
De la Casa Vicens, en un paseo de cinco minutos se llega a la Plaça de la Virreina. Es una de las plazas favoritas de Gràcia, con la iglesia parroquial de Sant Joan y un grupo de casas bajas que fueron las antiguas viviendas de las obreros de la Villa. Se puede descansar en alguna de las terrazas de los bares que llenan la plaza. Las calles de esta zona están repletas tiendas, galerías, cines y cafés. La más animada es la calle Verdi, donde encontrarás maravillosos cafés, bares y tiendas.
La Plaça del Sol es el corazón de la vida nocturna del barrio, está poblada por bares de moda. La plaça de la Vila de Gràcia (hasta el 2009 plaça de Rius i Taulet), salpicada de restaurantes y cafés con terraza, es el centro administrativo del barrio. Tiene un campanario de 33 metros de altura de 1864 con un reloj en el que podía verse la hora desde cualquier punto de la antigua Vila de Gràcia.
En calle principal del barrio, el carrer Gran de Gràcia, donde la calle se convierte en passeig de Gràcia se encuentra la Casa Fuster. Un imponente edificio, diseñado por Lluís Domènech i Montaner en 1908, de diseño ondulante en piedra y mármol, grandes ventanales, arcos y columnas con capiteles decorados. Ha sido restaurado recientemente para convertirlo en uno de los hoteles más lujosos de Barcelona. Se puede entrar en el hall para ver la decoración interior.