El Eixample es muy extenso, pero lo más interesante para visitar se encuentra en la zona conocida como Dreta de l'Eixample. En esta zona están la mayoría de hoteles, las tiendas más caras, multitud de restaurantes y varios locales nocturnos. Las principales vías son el Passeig de Gracia y la Rambla de Catalunya. El principal atractivo turístico es la arquitectura modernista, concentrada en el Passeig de Gràcia, entre la Diagonal y la Gran Via de les Corts Catalanes, y los alrededores. También hay varios museos como el Museu Egipci y el dedicado al artista catalán Antoni Tàpies.
Las visitas más destacadas son la Casa Milà (llamada también "La Pedrera") y la llamada "Manzana de la Discordia", el conjunto más famoso de edificios modernistas integrados en una sola fachada. Se trata de tres casas contiguas, Casa Lleó Morera, Casa Ametller y Casa Batlló. El nombre de "Manzana de la Discordia" remite a la boda de Peleo y Tetis de la mitología griega y simboliza la rivalidad de los propietarios por tener el edificio más bello de la manzana de casas del Passeig de Gràcia. No puedes perderte la obra más emblemática del arquitecto Antoni Gaudí, la Sagrada Familia.
El Eixample empezó a tomar forma en 1860, cuando se permitió que la ciudad se expandiera más allá de las murallas medievales. La trama de calles, obra del urbanista Ildefons Cerdà, forma cuadrados simétricos con las esquinas achaflanadas. La construcción continuó en el siglo XX, con una gran expansión de la ciudad impulsada por el regreso de ricos colonos de las Américas, nobles que vendían sus palacios de la zona medieval y adinerados industriales. El modernismo floreció impulsado por las tres grandes figuras del movimiento modernista de Catalunya de finales del siglo XIX: Antoni Gaudi, Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch. El Eixample se convirtió en la cuna de la arquitectura modernista de Barcelona, plagada de elegantes fachadas y balcones.
Paseo por l'Eixample
El acceso principal ser realiza por el Passeig de Gràcia, que discurre desde la Plaça Catalunya hasta el extremo sur del barrio de Gràcia. El paseo, inaugurado en 1827, tenía 42 metros de ancho, era uno de los lugares de recreo más conocidos de la ciudad, con cafés, restaurantes, salas de baile, atracciones y teatros. Actualmente es una espléndida avenida, atravesada por dos grandes arterias de la ciudad, la Gran Vía de les Corts Catalanes y la Avinguda Diagonal. Se tardan unos 30 minutos, sin paradas, en recorrer el Passeig de Gràcia hasta la Diagonal. Los bancos y farolas que encontrarás a ambos lados del paseo, son obra del arquitecto municipal de la ciudad, Pere Falqués.
Desde la Plaça de Catalunya, sube por el paseo hasta la esquina de Consell de Cent. Aquí se inicia la "Manzana de la Discòrdia", donde las tres grandes figuras del movimiento modernista de Barcelona de finales del siglo XIX: Domènech i Montaner, Gaudi y Puig i Cadafalch se enfrentaron para construir tres edificios modernistas muy diferentes: Casa Lleó Morera, Casa Batlló y Casa Ametller.
La Casa Montaner i Simó, sede de la Fundació Tàpies, con su escultura de alambre "Núvol i cadira", esta muy cerca, en la calle Aragó. Siguiendo el Passeig de Gràcia encontrarás la Casa Milà, la mayor obra privada que realizó Antonig Gaudi. Se puede visitar la cubierta, con sus emblemáticas chimeneas con casco, el museo Gaudí y el piso de principios del siglo XX.
Muy cerca, en Avinguda Diagonal 373, el casi gótico Palau del Barò de Quadras de Josep Puig i Cadafalch de 1904 es sede de la Fundación Ramon Llull. Casi enfrente, en la misma Diagonal, el castillo nórdico del mismo arquitecto, la Casa de les Punxes. Desde aquí es solo una caminata de 10 minutos hasta Passeig de Sant Joan y otra obra maestra de Puig i Cadafalch, la Casa Macaia.
Al otro lado de la Diagonal se encuentra la Casa Comalat (1909), Avgda. Diagonal 442, en el cruce con la calle de Corsega, una parcela de esquina complicada, manejada con aplomo del arquitecto Salvador Valeri i Pupurull, que le dio dos muy diferentes fachadas modernistas. La altísima Casa Terrades, un poco más abajo en Diagonal, a la izquierda en los núms. 416–420, más conocida como la Casa de les Punxes (Casa de los Pinchos) por su fachada de tejas rojas torreones y hastiales empinados. Construido en 1903 para tres hermanas, y convertido de tres casas separadas que se extienden alrededor de una esquina entera de un bloque, la almenada la estructura es casi del estilo del norte de Europa.
Si nos acercamos, por la Diagonal, hasta el Passeig de Sant Joan 108, podemos ver el Palau Macaya. Obra de Puig i Cadafalch, es un edificio de 1898-1900, con patio de inspiración gótica. Es una de las sedes de CaixaForum en Barcelona y vale la pena ver las esculturas exteriores del artesano Eusebi Arnau.
Estás cerca de la Sagrada Familia, pero de camino acercate la Diagonal 332 para llegar hasta la Casa Planells de Josep Maria Jujol. Uno de los primeros colaboradores de Gaudí, es el responsable de los mosaicos del Park Güell y los balcones ondulados de La Pedrera. Construido en 1923–24, este bloque de pisos resuelve con elegancia la construcción de un edificio en una esquina complicada.
Nos quedará la visita a la obra magna de Antoni Gaudi, la Sagrada Familia. La atracción turística más visitada de Barcelona y que no te puedes perder. Podemos finalizar el recorrido subiendo por la Avinguda Gaudí llegar al Hospital de Sant Pau. El hospital constituye la obra más grande y mayor transcendencia urbana de Domenech i Montaner, ocupa una manzana de 13 hectareas.
Otros lugares del Eixample para visitar, pero más dispersos y no se pueden hacer en un solo recorrido a pie, son la Casa Calvet, la Universitat Central, la Casa Golferichs y la Casa de la Papallona, con una de las fachadas más espectaculares del modernismo barcelonés. También es interesante visitar alguno de los pasajes; el Pasaatge Permanyer, Pasaatge de la Concepción y Passatge Méndez Vigo son tres de los más interesantes.