Casa Milà, "La Pedrera", joya del modernismo

Casa Milà
Cuerpo

En el número 261 de la calle Provenza, esquina con el Paseo de Grácia, encontramos un edificio majestuoso, considerado la joya del Modernismo barcelonés, la Casa Milá, popularmente conocida como La Pedrera.

La Casa Milà, el último edificio de viviendas construido por Gaudí, fue un encargo de Pere Milà, un joven promotor urbanístico casado con Rosario Segimón, viuda rica de un indiano llamado José Guardiola.  Milà, quería un edificio que superara a las casas Batlló, Amatller y Lleó Morera. Y Gaudí, animado por un presupuesto ilimitado, lo consiguió.

Creó como fachada un acantilado marino y una escultura abstractra. Gaudí no concibió la obra como un edificio de viviendas, hizo una obra que une arquitectura y escultura como obra total. Está revestida de piedra del macizo del Garraf y piedra calcárea de Vilafranca del Penedés trabajada para conseguir el acabo mate que la distingue. Los balcones están acabados con hierro forjado de formas sinuosas. La Casa Milà representa el triunfo de la líneas curvas.

Gaudí pretendia culminar la fachada con un medallón de bronce de unos cuatro metros de altura dedicado al Santo Rosario. Sin embargo, el estallido de la Semana Trágica, en la que se quemaron numerosas iglesias, hizo desistir al señor Milà y al propio Gaudi de la idea. Para no convertir el edificio en el blanco predilecto de las iras anticlericales.

El antiguo garage subterráneo, el primero que se construyó bajo tierra en Barcelona, es un espacio semicircular y en pendiente con columnas de hierro forjado y ladrillo que sostienen el edificio. Actualmente es un auditorio. La esposa del señor Milà, tras la muerte de Gaudi en 1926, reformó la planta principal en estilo Luis XVI. 

La Casa Milà fue declarada por la UNESCO Patrimonio Mundial en 1984, aunque se encontraba en un estado francamente mejorable. La fachada había estaba sucia, la planta principal se había transformado en un bingo y los escaparates de las tiendas de la planta baja habían modificado las aberturas originales. En 1986, una caja de ahorros, adquirió el edificio e inició su restauración y rehabilitación, que finalizó en 1996. 

En la buhardilla, estaban los lavaderos de la casa y han recuperado su aspecto original con sencillas bóvedas parabólicas realizadas con ladrillo. Tiene forma de ocho y 270 arcos parabólicos, que en recuerdan el costillar de un inmenso animal. La recuperación de este espacio ha supuesto la eliminación de los trece apartamentos construidos en 1953. 

Desde la buhardilla se accede a la azotea, donde se conservan las chimeneas originales de Gaudí, que se asemejan a unos centinelas con un gran yelmo. La restauración ha devuelto el esplendor a las chimeneas y a los huecos de escalera revestidos con trencadis de azulejo y fragmentos de mármol.  La chimenea, coronada con capillitas de vidrio, se restauró con bases de botellas de champán de principios de siglo XX, tal como hizo Gaudí.

"El Piso de la Pedrera", es un espacio creado a partir de dos viviendas originales que ayuda a conocer los elementos clave del interiorismo de Gaudí y muestra la vida cotidiana de una familia burguesa de la Barcelona de principios del siglo XX. 

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