l Palau de la Música Catalana, es una sala de conciertos modernista construida en el solar que ocupaba el claustro del antiguo convento de Sant Francesc. Creado por el arquitecto Lluis Domènech i Montaner entre 1905 y 1908 para el Orfeo Català con la ayuda de algunos de los mejores artistas y artesanos catalanes del momento.
A partir de 1982 y 1989 se realizó una reforma dirigida por el arquitecto Oscar Tusquets, añadiendo un edificio de seis pisos donde se sitúan los camerinos, archivo, biblioteca y sala de reuniones. También se abrió una plaza, gracias al derribo de la iglesia de Sant Francesc de Paula. El mismo Tusquets, realizó a partir del año 2000 una segunda ampliación, añadiendo una sala de audición, un café al aire libre y un restaurante.
En la arquitectura de Domènech i Montaner destaca la estructura de hierro que permite una planta libre cerrada por vidrio. Y la decisión de situar el auditorio en la primera planta. A la que se accede por impresionante escalinata. El interior está revestido de cerámica casi en su totalidad, con predominio de los motivos florales de gran colorido.
El escenario está presidido por un órgano alemán de 1908, al que rodean dos conjuntos escultóricos de Pau Gargallo con referencias la música catalana, con un busto de Josep Anselm Clavé y a la música internacional con una imágen de Beethoven y otra de la Cabalgata de las Walquirias de Wagner.
El techo, es una claraboya de cristal de forma rectangular de la que sobresale una campaña invertida, permite la entrada de luz natural en la sala de conciertos. Fue realizada por Antoni Rigalt i Blanch, con cristales dorados en el centro, rodeados de otros en tonos más suaves blancos y azules que representan bustos femeninos. Encima de la gradería hay dos pegasos, esculpidos por Eusebi Arnau. El aforo de la sala de conciertos es de 2049 personas.
El exterior, los principales elementos de la fachada lateral de la calle Sante Pere mès Alt son los arcos con grandes columnas de mahón rojo y cerámica. Dentro de estas columnas se encontraban las taquillas originales y era el único acceso al Palau hasta el año 1989. En la esquina con la calle Amadeu Vives hay un grupo escultórico de Miquel Blay. En el primer piso hay un balcón que recorre la fachada, con columnas de mosaico. En el segundo podemos observar varios bustos de músicos realizados por Eusebi Arnau.
Hasta la reforma de 1989, la planta baja estaba ocupada por las dependencias del Orfeó, que tenían la entrada por la calle Amadeu Vives. En la actualidad este espacio, llamado foyer, está ocupado por el bar.
Después de la reforma de 1989 la entrada se realiza por una explanada a la que se llega desde la calle llamada Palau de la Música desde el año 2006. Sorprende la fachada lateral que Domenech i Montaner la realizó como si estuviera a la vista, aunque estaba totalmente tapada por la antigua iglesia de Sant Francesc.
En la parte izquierda se encuentra el edificio de servicios, realizado por los arquitectos Òscar Tusquets, Lluis Clotet y Carles Diaz con una torre con la base esculpida en forma de una gran palmera. En la parte derecha, sobre unas escalares se encuentra la escultura dedicada a Lluis Millet que realizo en 1991 el escultor Jassans y la entrada al restaurante del Palau.
La esquina de la fachada con la calle Sant Pere més Alt se resuelve a manera de proa como la fachada antigua, representado en mahón rojo y un bajo relieve de un árbol gigante. Toda la fachada original recuperada se ha cubierto por una pantalla de cristal, con el nombre "Palau de la Música Catalana" grabado en las puertas de entrada.